Ana Frank: La historia que no podemos olvidar

03.01.2022

Tras la llegada de Hitler al poder en 1933, la familia de Ana Frank se traslada a Países Bajos. Conforme pasan los años, la vida de los judíos se dificulta debido al incremento constante de las leyes y discursos contra ellos, que complica su forma de vida y se convierten en víctimas del odio.

Un año después del inicio de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), los alemanes invaden Holanda. La situación para los perseguidos es insostenible, sobre todo después de la denominada "Solución final", plan de exterminio nazi contra judíos, pero que no se limitó solo a estos. En 1942 la familia Frank consigue un escondite detrás de una estantería en el edificio del trabajo del padre de Ana, y allí llegarán a estar dos años junto a otra familia. Durante este tiempo, Ana escribe en su diario el día a día de la convivencia y todas las emociones y pensamientos dentro de ella, tratándose posteriormente de un testimonio trascendental de la Seguna Guerra Mundial. Serían descubiertos dos años más tarde, llevados a distintos campos de concentración y falleciendo en ellos, excepto el padre, que consiguió sobrevivir y dedicó su vida a expandir el diario y mensaje de Ana.

Antes de comenzar a leer el diario, debemos ser conscientes de a qué nos enfrentamos. Aunque pudiese parecer una intromisión a la privacidad de una adolescente (escribe desde los 13 hasta los 15 años), su sueño es ser escritora y periodista y, tras escuchar un mensaje por la radio de un miembro del gobierno holandés en el exilio diciendo que al finalizar la guerra crearía un registro público de la opresión sufrida por la población holandesa, mencionando a los diarios, Ana decide contribuir con el suyo, teniendo la ilusión de que algún día sea público. Por otra parte, aunque conozcamos la historia del Holocausto y la Segunda Guerra Mundial, esta es una forma muy diferente de acercanos a ella, pues se hace más crudo y, al principio, puede costar leer los sueños e inquietudes de una niña cuyo destino sabemos que es fatal. En todo caso, aunque el contexto representa una realidad que debemos tener muy presente y no olvidarla, aceptando que esto formará siempre parte de nuestra Historia, es imprescindible añadir y señalar la importancia de un elemento clave y constante en el diario de Ana: la esperanza.

En efecto, mientras Ana nos narra sus miedos, la difícil convivencia en el escondite con los demás compañeros y sus preocupaciones por la guerra y la muerte, deja un espacio para la esperanza de un mañana en el que la paz sea una realidad. Porque, como hemos dicho, esto formará siempre parte de nuestra Historia, pero también lo hará la capacidad que tengamos de no olvidar nunca mirar hacia atrás, reflexionar sobre los pasos que damos y ser conscientes de que quien no conoce su Historia está condenado a repetirla. Leamos, pues, testimonios como el de Ana, tan imprescindibles para la concienciación del pasado y sus errores, o como el de Margot Friedländer, superviviente del Holocausto que lucha en la actualidad por concienciar a los jóvenes sobre la importancia de conocer la Historia para que no se repita, pues la paz es el camino: "Regresé a Alemania para hablar con vosotros, para daros la mano, para pediros que seáis testigos de esa época, porque nosotros no lo podremos ser por mucho tiempo. Lo que sucedió ya no lo podemos cambiar, pero no puede volver a pasar para vosotros. Lo hago por vosostros. Lo que ha pasado, ya ha pasado. Yo me encontré con gente buena, buenos alemanes que me ayudaron, tengo otra percepción de las personas y creo que en todas hay algo bueno. Os digo: no hay sangre judía, ni cristiana, ni musulmana, solo hay sangre humana. Todos somos humanos, independientemente de nuestro color o religión. Vosotros sois humanos y los humanos hicieron algo inhumano. ¿Cómo es posible que millones de personas mataran a otras millones? Y no fueron solamente 6 millones de judíos, ¡fueron millones de inocentes! Eran humanos y los humanos lo hicieron. Pero eso ya pasó. Me quiero centrar en los jóvenes. Esa es mi misión." (Documental "La historia de Margot, superviviente del holocausto", de Judith Tiral. www.youtube.com/watch?v=qfi5iJuGUOM)

Sea cual sea la intención con la que leas el Diario de Ana Frank, ya sea para intentar analizar psicológicamente sus pensamientos y/o actitudes, para conocer mejor otra parte de la realidad o por puro entretenimiento, ten en cuenta lo que tienes entre tus manos. Ten siempre presente que estás leyendo un testimonio.

"Mientras todo esto exista, y creo que existirá siempre, sé que toda pena tiene consuelo, en cualquier circunstancia que sea. Y estoy convencida de que la naturaleza es capaz de paliar muchas cosas terribles, pese a todo el horror."

"La riqueza, la fama, todo se puede perder, pero la dicha en el corazón a lo sumo puede velarse, y siempre, mientras vivas, volverá a hacerte feliz. Mientras puedas mirar al cielo sin temor, sabrás que eres puro por dentro y que pase lo que pase, volverás a ser feliz."

"He llegado al punto en que ya me da lo mismo morir que seguir viviendo. La Tierra seguirá dando vueltas aunque yo no esté, y de cualquier forma no puedo oponer ninguna resistencia a los ancontecimientos. Que sea lo que haya de ser, y por lo demás seguiré estudiando y esperando que todo acabe bien."

"En todo lo que hago me acuerdo de todos los que están ausentes. Y cuando alguna cosa me da risa, me asusto y dejo de reír, pensando en que es una vergüenza que esté tan alegre. Pero, ¿es que tengo que pasarme el día llorando? No, no puedo hacer eso, y esta pesadumbre ya se me pasará."

"Creo que toda desgracia va acompañada de alguna cosa bella, y si te fijas en ella, descubres cada vez más alegría y encuentras un mayor equilibrio. Y el que es feliz hace feliz a los demás; el que tiene valor y fe, nunca estará sumido a la desgracia."

"Que pase algo pronto, aunque sean tiros, eso ya no nos podrá destrozar más que esta intranquilidad, que venga ya el final, aunque sea duro, así al menos sabremos si al final hemos de triunfar o si sucumbiremos."

"No soy rica en dinero ni en bienes terrenales; no soy hermosa, ni inteligente, ni lista; ¡pero soy feliz y lo seguiré siendo! Soy feliz por naturaleza, quiero a las personas, no soy desconfiada y quiero verlas felices conmigo."

"Me da la sensación de ser un pájaro enjaulado al que le han arrancado las alas violentamente, y que en la más absoluta penumbra choca contra los barrotes de su estrecha jaula al querer volar."

Novela gráfica "El diario de Anne Frank", David Polonsky, 2017.


"Nunca pierdas el tiempo lamentando errores. Basta con que no lo olvides."

                                                                  William Faulkner

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